Cuando le tenemos a nuestras abuelas en nuestras vidas de niños es tan importante que va mucho más allá de lo que los psicólogos, educadores y orientadores puedan investigar y opinar al respecto.
Los genetistas han estudiado la influencia de las abuelas en nuestra vida y han descubierto algo llamado “El efecto abuela» que es absolutamente maravilloso e increíblemente sorprendente.
En la sociología se habla de este «Efecto abuela» en el cual se ha demostrado a través de estudios a la tasa de mortalidad infantil que los niños sobreviven mejor en las sociedades, si las abuelas están presentes y forman parte de la crianza.
Si alguna vez le has dicho a tu abuela «te debo la vida» por haber criado a tu madre, la cosa va mucho más allá pues las abuelas se aseguran que sus nietos estén bien y a salvo por sobre todas las cosas.
En psicología es impresionante lo mucho que se ha ahondado en el tema de la relación entre los abuelos y sus nietos. Para empezar está establecido que los abuelos que cuidan de sus nietos viven más y con mejor salud.
Este es el gran descubrimiento revelado. Tu abuela no solo ha afectado tu crianza con su modo de ser sino que también otra cosa: tus genes y tu expresión epigenética varían según lo que tu abuela vivió en su infancia o incluso mientras estaba en estado esperando a tu madre o padre.
Genéticamente tenemos la posibilidad de heredar como un 25% de nuestros genes de la abuela. Así que hasta ahí está muy fácil, al menos una cuarta parte de ti puede provenir de tu abuela. Pero este porcentaje puede variar de tu abuela materna o paterna según seas mujer o hombre. ¿Cómo es esto posible? Pues debido al patrón hereditario del cromosoma X.
Sabemos que la mayoría de los genes no tienen relación con el sexo así que para estos existe la misma probabilidad de heredarlos de cualquiera de nuestros padres o abuelos de los que provienen.
En el caso de los cromosomas «sexuales» la cosa se pone un poco más compleja.
Cada persona consta de un cromosoma X y uno Y, en el caso de los varones el Y viene indudablemente del padre así que el X vendrá de la mama.
Sin embargo, lo interesante de esto es que el cromosoma Y tiene muy poca información práctica además del sexo masculino mientras que el cromosoma X tiene todo tipo de información adicional. Y cuando vienen los nietos la cosa se pone más interesante.
Veamos esta imagen:
La tercera generación si el nieto es varón el cromosoma «X» vendrá de la madre y puede tener información de cualquiera de los abuelos. Pero si es mujer el cromosoma «X» aportado por el padre es exactamente el mismo recibido de la abuela, aumentando la probabilidad de relación genética hasta un 27%.
Así que resumiendo todo tienes 25% de probabilidad de recibir herencia de tu abuela materna y de tu abuela paterna desde el 23%, si eres un chico, y hasta el 27%, si eres una chica. Y esta gran afinidad genética ha sido estudiada demostrando que las abuelas harán grandes esfuerzos por cuidar y proveer amor y protección para sus nietos.
No se puede evitar, es cuestión de genes.
Esta es la parte más interesante: tu herencia epigenética. «La Dra. Viviana Bernath» del Instituto GENDA en una reciente entrevista ha tratado de explicar en palabras sencillas que es esta novedosa rama de la genética.
La epigenética hace referencia a los mecanismos de regulación genética que no implican cambios en las secuencias de ADN; es decir al contexto que influye en las expresiones de los genes.
Se lo llama grupos de metilos y son modificadores del genoma pues lo activan y desactivan con su presencia. Si muchas cadenas de metilos que se adhieren a un gen, este se apaga.
Las etiquetas verdes son etiquetas de metilos que actúan como interruptores: encienden y apagan el ADN. Y las bolitas amarillas son histomas, las proteínas en las que el ADN se enrolla, estas también pueden cambiar la expresión del ADN sin modificar su secuencia. ¿que te parece?
Te das cuenta que la herencia es mucho más compleja de lo que pensábamos.
¿Y qué es lo que determina la aparición de estos metilos?
Pues nada más y nada menos que ¡el ambiente! Ellos dependen del contexto. Esto demuestra como la nutrición, el ambiente, estilos de vida, envejecimiento, fármacos a través de La epigenética pueden influir en la activación o desactivación de ciertos genes.
¿qué tiene que ver mi abuela con esto tan complicado? Pues es sencillo, resulta que las experiencias que vivimos, las condiciones de vida y el estilo de vida pueden variar estas expresiones epigenéticas que además pueden llegar a heredarse. Esto ya se ha comprobado en casos no experimentales como las grandes hambrunas europeas causadas por inviernos o guerras.
La vida que vivió tu «abuela» tiene un mayor impacto en tu vida de lo que tu jamas imaginabas.
Fuente consultada: viralistas.com