Después de 30 años de casado, abandonó a su esposa por una joven hermosa, pero pronto un demonio se despertó en ella

Hoy te mostamos la confesión anónima de un hombre que dejó a su mujer por alguien mucho más joven. Su historia nos enseña, que la traición tarde o temprano se paga. Estas palabras sirven para la reflexión.

«Durante 35 años, disfruté de una vida maravillosa al lado de mi mujer y mis queridos hijos. Ahora los chicos están casados y tienen vidas estables, todo eso, gracias a la crianza que les dimos.

Al momento de jubilarnos, abrimos nuestro propio negocio, las ventas iban tan bien, que en poco tiempo, reunimos más dinero del que nunca tuvimos de mas jóvenes. Poco después, nos mudamos a una casa grande en un vecindario exclusivo de gente pudiente.

Empece a estrechar relaciones con -gente de sociedad- y las fiestas y reuniones sociales se hicieron parte de mi rutina. Mientras mi mujer estaba en casa, yo estaba rodeado de mujeres guapas que se morían de ganas por conocerme o es lo que yo creía.

Cuando un día conocí a Dolly, una joven rubia que parecía un ángel caído del cielo, quedé completamente hipnotizado al verla y ella supo aprovecharse muy bien de mi debilidad. Al poco tiempo, comenzamos una relación.

Un día me llevó a su casa para presentarme a su madre. La mujer me advirtió que si quería seguir viendo a Dolly, tenía que divorciarme de mi esposa para casarme con su bella hija.

Y yo seguí los concejos de su madre. Las peleas en el hogar comenzaron a ser más frecuentes, me quejaba de cualquier defecto de mi esposa y la acusé de ser una fanática religiosa. Incluso insinué que me había sido infiel con el pastor de su iglesia, cosa que nunca ni lo pensé antes de Dolly.

Le conté mis problemas a mi familia y lamentablemente, mis hijos me creyeron. Incluso, mi hermana menor, quien antes adoraba a mi esposa, ya no le creía. y decía que ya no la quería. Finalmente, ella se fue. Lo más curioso de todo, es que no se llevó nada.

Cuando destruí mi familia y me divorcie, me casé con Dolly y comenzamos a vivir juntos. Desde entonces, Dolly dejó de ser un ángel para convertirse en un demonio. Vivía de fiesta tras otra, no atendía los asuntos del hogar y tampoco le gusta esforzarse por nada que no la cause placer.

Incluso tuvimos un hijo, pero incluso dudo que sea mío. Pensé que la maternidad la cambiaría, pero ahora está peor que antes.

Intente de todas las formas reconciliarme con mi esposa, pero ha sido inútil. Ella ha rechazado todos los regalos que le he enviado. Mis hijos no tardaron en darse cuenta de mis mentiras y ahora no quieren saber nada de mí y los entiendo.

Hoy en día lamento profundamente lo que hice. Extraño la personalidad de mi mujer, su compasión y su fe, esa fe que guió a nuestros hijos por el buen camino, y me arrepiento de haberla llamado fanática religiosa.

Estoy pagando muy caro mis errores, aunque supongo que no merezco el perdón de nadie. No solo lastimé a mi esposa, me lastimé a mi mismo y a mis hijos.

Sin duda una historia que nos hace reflexionar a muchos. Esposos, amen a sus esposas, no importa lo mucho que hayan envejecido. Una cara joven nunca pueden reemplazar a ese primer amor que tuvieron.

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Fuente consultada: wnews.life

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